Diario de un adolescente en prácticas

El anónimo protagonista de esta desenfadada historia, a medio camino entre la realidad y la ficción, consideró en su día que eso de escribir un diario no iba con él, que era solo cosa de chicas. Pero, de buenas a primeras, siente la urgente necesidad de recordar cómo fue parte de su adolescencia, en buena medida para tratar de explicar quién fue, quién es ahora y qué narices pinta en este mundo. El resultado de su repentino interés por echar mano de su selectiva memoria son trece episodios, casi a modo de serie televisiva, en los que intenta evocar como buenamente puede esa etapa suya de adolescente en prácticas. Tal vez si no hubiese sido tan reticente a la hora de escribir en un diario de a bordo sus aventuras cotidianas, en el disco duro de su memoria habría almacenado muchos más recuerdos. Así que no le queda más remedio que conformarse con rememorar estos trece momentos de su particular odisea adolescente, por los que van desfilando situaciones y personajes que formaron parte esencial de su embrionaria vida, mucho más cerca de la infancia que de la juventud, y todavía en fase de desarrollo tanto mental como corporal y hormonal.